
Las tuberías de plomo vienen usándose para llevar agua a los hogares desde el auge del imperio romano. Sin embargo, como todo material que transporta algún líquido, es posible que estas tuberías presenten fugas que resulten molestas; y que además constituyen un camino para el desperdicio del agua que tanto escasea en los últimos tiempos.
Si descubrimos que hay una fuga de agua en nuestra tubería de plomo, no hay duda de que tendremos que buscar una solución. En este artículo te contamos cómo encontrar y reparar una fuga de agua en tus tuberías de plomo
Pasos para reparar una fuga en una tubería de plomo
1- Encuentra el motivo del problema
Lo primero que hay que saber una vez detectada una fuga es cuál es la razón por la que se ha producido la misma. De esta forma, una vez conozcamos las causas, podremos enfrentarnos mejor a la reparación del daño.
En general, la causa principal por la que se producen fugas en este tipo de tuberías es la corrosión, debido a que en muchas ocasiones son las casas más antiguas las que poseen este tipo de tuberías.

tubería de plomo dañada
Sin embargo, este no es el único motivo potencial: por ejemplo, si las tuberías han sufrido golpes, estos podrían causar agujeros por los que se produzcan fugas; o es posible que una junta se haya desgastado y sea necesario cambiarla. Así, dependiendo del motivo por el que se presente el problema, se procederá de forma diferente.
2- Identifica el lugar exacto de la fuga
El siguiente paso para reparar una tubería de plomo con fugas es identificar dónde está el agujero o la rotura, o la pieza que hay que cambiar. Esto es particularmente importante porque no todas las tuberías son accesibles o reparables y, si no se localiza bien el daño, podría ser muy complicado solucionarlo.
Una forma de detectar cuál es el lugar exacto en el que se encuentra la fuga puede ser mojar la tubería con un poco de agua y usar un trapo para ir localizando dónde se está haciendo más evidente el goteo.
Otra posibilidad, especialmente si la tubería está enterrada o empotrada en algún lugar, podría ser la de usar una sonda acústica para escuchar dónde se produce el ruido del agua que sale a presión. Por supuesto, en la mayoría de los casos para poder hacer esto necesitarás la ayuda de un profesional.
3- Corta el agua en la tubería afectada
Una vez detectado el lugar exacto en el que se encuentra el problema, será necesario cortar el a
gua para poder reparar la tubería. Para ello, lo más habitual es cerrar el suministro completo del hogar, aunque también podrías optar por cerrar sólo la válvula que esté situada del lado de la tubería dañada.
En algunos casos, y dependiendo de tu instalación, quizás no sea posible identificar con claridad cuál es el suministro de agua asociado a aquella tubería concreta y tendremos que cerrarlos todos; mientras que en otros, podremos tener una tubería específica para agua caliente o fría y en este caso, podrá ser suficiente con cerrar el suministro de agua que esté afectado.
4- Decide si la tubería de plomo se puede reparar
Una vez localizado el daño, el siguiente paso sería arreglarlo; sin embargo, esto no es tan simple como puede parecer. En general, si la tubería presenta un agujero o rotura grande, será necesario cambiarla entera; mientras que si se trata de una fuga menor o en las juntas, quizás podamos repararla.
En el caso de optar por la segunda opción, existen diferentes formas de hacerlo; pero, si no estás muy familiarizado con la materia, lo más recomendable es que acudas a un profesional para que te asesore y te ayude con la reparación. Generalmente, para fugas más sencillas podría ser suficiente con sellar la rotura.
5- Prepara las tuberías para la reparación
Una vez cortado el suministro de agua, lo siguiente será limpiar la tubería y los alrededores con un poco de agua y detergente para eliminar aquellas partículas que pudieran estar tapando el agujero.
Esto es importante porque, si no se limpia bien, podría ser difícil que la soldadura o el sellado se realicen de forma adecuada, con el consiguiente riesgo de no ser eficaces a la hora de reparar la tubería.
Una vez que hayamos limpiado la zona dañada, tendremos que secarla con un trapo o dejarla escurrir durante unos minutos. A continuación, tendrás que quitar las abrazaderas o bridas que sujetan la tubería y desconectarla en los extremos. De esta forma, podrás realizar las reparaciones pertinentes de manera más cómoda.
Eso sí, recuerda que cuando vuelvas a colocar todo nuevamente, podrás necesitar ayuda para volver a colocar las mismas en su sitio.
6- Sella las tuberías
Como hemos comentado, en el caso de que la tubería presente fugas más sencillas, podremos optar por soldarla. Para ello, será necesario aplicar una capa de soldadura tanto dentro como fuera de la tubería y esperar a que seque. Una vez seca, podrás retirar el exceso con ayuda de un cuchillo o una lija.
En el caso de que las fugas sean algo más complicadas o estén en las juntas, quizás sea mejor que cuentes con la ayuda de un experto cualificado como los de Guijarro Fontaneros, para asegurarte de que en el futuro no tienes ningún problema con esta misma tubería de plomo.
7- Cambia la tubería entera (si procede)
Si después de comprobar todo decidimos que lo mejor es cambiar la tubería entera, lo primero que tenemos que hacer es elegir el tipo de reemplazo adecuado. En caso de ser posible, lo mejor será optar por una de PVC o de cobre, ya que se trata de materiales menos dañinos y más resistentes.
Una vez hayamos elegido la tubería idónea, será necesario medir la antigua para saber cuánto material necesitaremos; y a continuación, limpiar los extremos de ambas para facilitar la soldadura.
Si todo está correctamente preparado, podremos proceder a soldar y colocar las nuevas tuberías. Por supuesto, este proceso puede llegar a ser bastante complicado si no tienes experiencia en fontanería.
En Guijarro Fontaneros estamos aquí para ayudarte con la reparación de tus tuberías de plomo. Si has detectado una fuga en casa, ponte en contacto con nosotros y estaremos encantados de ayudarte.